viernes, 25 de abril de 2008

vientos del pueblo - miguel hernández


Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.



Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantán
y al mismo tiempo castigan
con su clamarosa zarpa.


No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.

...


http://www.los-poetas.com/a/miguel1.htm

martes, 22 de abril de 2008

decálogo para hablar mal de Hugo Chávez

AUTOR: Emir SADER
Traducido por Àlex Tarradellas

Recordatorio colgado en frente de los periodistas de los medios de comunicación oligárquicos:


1. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque recupera el papel del estado, descalificado y enterrado por nosotros hace tiempo.
2. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque se nombra antiimperialista y ése es un tema hace tiempo prohibido en los medios de comunicación.
3. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque funda un nuevo partido, cuando martillamos todos los días que todos los partidos son iguales, que son negativos, que siempre reflejan intereses de grupitos.
4. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque recupera el papel de la política cuando todo el trabajo cotidiano de los medios es para decir que la política es irrecuperable, que sólo vale la pena la economía.
5. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque vende petróleo subsidiado a los países que no pueden pagar el precio del mercado -inclusive a pobres de los Estados Unidos-, lo que evidentemente hiere las leyes del mercado, por lo cual tanto velan los medios de comunicación.
6. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque es un mal ejemplo para los militares, que sólo deben intervenir en la política cuando sea necesario un golpe militar y nunca para defender los intereses de cada nación
7. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque ataca a los medios de comunicación privados y fortalece los medios públicos. Porque ha acabado con el analfabetismo en Venezuela, tema sobre el cual debemos callarnos. Porque va a disminuir la jornada de trabajo en 2010 a 6 horas y ese tema es odiado por los patronos.
8. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque así me identifico con los intereses del dueño del medio de comunicación donde trabajo, garantizo el empleo, fortalezco los partidos y las empresas aliadas del patrono.
9. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque hace que se vuelva a hablar del socialismo, después del trabajo que nos dio tratar de enterrar ese sistema, enemigo del capitalismo, al que estamos profundamente integrados.
10. Debo hablar mal de Hugo Chávez (y de Evo Morales y de Lula y de todos los no blancos), si no ellos van a querer dirigir los países, los periódicos, las televisiones, las empresas, el mundo. Será nuestro fin.

lunes, 21 de abril de 2008

martes, 15 de abril de 2008

encuentre las diferencias



cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia

lunes, 7 de abril de 2008

diez consejos para los militantes de izquierda


Frei BETTO

1. Mantenga viva la indignación.
Verifique periódicamente si usted es realmente de izquierda. Adopte el criterio de Norberto Bobbio: la direcha considera la desigualdad social tan natural como la diferencia entre el día y la noche. La izquierda, por el contrario la encara como una aberración a erradicar.
Cuidado: usted puede estar contaminado por el virus socialdemócrata, cuyo principal síntoma es utilizar métodos de derecha para obetener conquistas de izquierda y, en caso de conflicto, desagradar a los pequeños para no quedar mal con los grandes.

2. La cabeza piensa donde pisan los pies.
No es posible ser de izquierda sin mancharse los zapatos allá donde el pueblo vive, lucha, sufre, se alegra y celebra sus creencias y sus victorias. Teoría sin práctica es hacerle el juego a la derecha.

3. No se avergüence de creer en el socialismo.
El escándalo de la Inquisición no hace que los cristianos abandonen los valores y las propuestas del Evangelio. Del mismo modo, el fracaso del socialismo en el Este europeo no debe llevarle a usted a desterrar el socialismo del horizonte de la historia humana.
El capitalismo, que está en vigor hace ya 200 años, ha fracasado para la mayoría de la población mundial. Hoy somos 6 mil millones de habitantes. Según el Banco Mundial, 2.800 millones sobreviven con memos de 2 dólares por día, y 1.200 millones con menos de un dolar por día. La globalización de la miseria no es mayor gracias al socialismo chino, que, a pesar de sus errores, asegura alimentación, salud y educación a 1.200 millones de personas.

4. Sea crítico sin perder la autocrítica
Muchos militantes de izquierda cambian de lado cuando empiezan a buscar tres pies al gato. Marginados por el poder, se vuelven amargados, y acusan a sus compañeros/as de errores y vacilaciones. Como dice Jesús, ven la paja en el ojo del otro, y no la viga en el suyo. Ni se comprometen para mejorar las cosas. Se quedan como meros espectadores y jueces, y, poco a poco, son cooptados por el sistema.
La autocrítica no consiste sólo en admitir los propios errores, sino admitir ser criticado por los/as compañeros/as.

5. Sepa diferenciar entre militante y "militonto".
Militonto es aquel que presume de estar en todo, participar en todos los actos y movimientos, actuar en todos los frentes. Su lenguaje está lleno de las grandes palabras y los efectos de su acción son superficiales.
El militante profundiza sus vínculos con el pueblo, estudia, reflexiona, medita; se cualifica en una determinada forma y área de actuación o actividad, valora sus vínculos orgánicos y los proyectos comunitarios.

6. Sea riguroso en la ética de la militancia
La izquierda actúa por principios. La derecha, por intereses. Un militante de izquierda puede perder todo -la libertad, el trabajo, la vida…- menos la moral. Sin moral, desmoraliza la causa que defiende y encarna, y presta un inestimable servicio a la derecha.
Hay tipos amarillos disfrazados de militantes de izquierda. Es el sujeto que se compromete teniendo en vista sobre todo su ascenso hacia el poder. En nombre de una causa colectiva, busca en realidad su interés personal.
El verdadero militante -como Jesús, Gandhi, Che Guevara- es un servidor, dispuesto a dar la propia vida para que otros tengan vida. No se siente humillado por no estar en el poder, ni orgulloso por estarlo. El no se confunde a sí mismo con la función que ocupa.

7. Aliméntese con la tradición de la izquierda.
Es preciso oración para cultivar la fe, cariño para nutrir el amor de la pareja, y "volver a las fuentes" para mantener encendida la mística de la militancia. Conozca la historia de la izquierda, lea (auto)biografías como el "Diario del Che en Bolivia", y novelas como "La Madre" de Gorki, o "Las uvas de la ira" de Steinbeck.

8. Prefiera el riesgo de equivocarse con los pobres, a la pretensión de acertar sin ellos.
Convivir con los pobres no es fácil. Primero suele darse una tendencia a idealizarlos. Luego se descubre que entre ellos se dan los mismos vicios que en las demás capas sociales. Ellos no son mejores ni peores que los demás seres humanos. La diferencia es que son pobres, o sea, personas privadas injusta e involuntariamente de los bienes esenciales de la vida digna. Por eso es por lo que estamos a su lado. Por una cuestión de justicia.
Un militante de izquierda jamás negocia los derechos de los pobres y sabe aprender con ellos.

9. Defienda siempre al oprimido, aunque aparentemente no tenga razón.
Son tantos los sufrimientos de los pobres del mundo que no se puede esperar de ellos actitudes que tampoco siempre aparecen en la vida de quienes tuvieron una educación refinada.
En todos los sectores de la sociedad hay gente corrompida y bandidos. La diferencia es que, en la élite, la corrupción se hace con la protección de la ley y los bandidos son defendidos mediante mecanismos económicos sofisticados, que permiten que un especulador lleve una nación entera a la ruina.
La vida es el don mayor de Dios. La existencia de la pobreza clama al cielo. No espere jamás ser comprendido por quien favorece la opresión de los pobres.

10. Haga de la oración un antídoto contra la alienación.
Orar es dejarse cuestionar por el Espíritu de Dios. Muchas veces dejamos de rezar para no oír el llamado divino que exige nuestra conversión, o sea, el cambio de rumbo en la vida. Hablamos como militantes y vivimos como burgueses, acomodados, o en la fácil pósición de jueces de quien lucha.
Orar es permitir que Dios subvierta nuestra existencia, enseñándonos a amar como Jesús amaba, liberadoramentte.

Frei Betto é escritor, autor de la novela "Entre todos los hombres"(Editorial Caminos, La Habana), entre otros libros

viernes, 4 de abril de 2008

un solo país


que levanten las manos los que quieren la unidad de país